Salomé Ureña,en su natalicio y día Nacional del Poeta
OH! SALOME,
OH! SALOME,
en el 57 aniversario de tu natalicio
te recordamos y a través de ti,
a todos los poetas, vivos y muertos,
en este “DIA NACIONAL DEL POETA”.
Salomé Ureña de Henríquez, por ti,
jamás te olvidaremos
a pesar del paso del tiempo,
que como dicen los poetas,
lo borra todo, y todo, lo hace olvidar.
Por Dellanira Herasme
Poeta y pedagoga nacida en la capital dominicana Santo Domingo, el 21 de Octubre de 1850, Salomé Ureña, es considerada como la figura central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX, conformando junto con Gatón Fernando Deligne y José Joaquín Pérez, el trío memorable, de grandes poetas de nuestra historia literaria, de acuerdo al Licenciado José Rafael Lantigua, Secretario de Estado de Cultura y presidente de la Comisión Permanente Feria Nacional del Libro.
La educadora, innovadora en la educación femenina en su país, a través del primer Centro Femenino de Educación Superior, llamado Instituto de Señoritas, fundado el 3 de Noviembre de 1881, y en el que graduó el 17 de Abril de 1887, a los cinco años de haber iniciado su funcionamiento, las primeras seis maestras normales que tuvo la República Dominicana.
En la instalación de este centro, su esposo el escritor, médico y abogado Francisco Henríquez y Carvajal, con quien contrajo nupcias a los 20 años de edad, el 11 de Febrero de 1880, fue su principal impulsor. Por la gran entrega a la causa educativa en este centro, que tuvo Salomé, en parte, deterioró enormemente por agotamiento, su salud.
A Don Francisco Henríquez, lo conoció en los círculos literarios en los que se desenvolvía desde los quince años, dada su educación y formación intelectual y literaria, alcanzada con la lectura de los clásicos españoles y franceses, llevada en sus inicios, de la mano de su madre Gregoria Díaz de León y de su padre, el también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza.
Aunque iniciada a los 15 años en la técnica de la versificación, es a los 17, cuando comienza a publicar sus poemas con el seudónimo de Herminia, el que utiliza hasta el año de 1784, mismo en que fueron incluidas diez de sus composiciones en la primera antología de poetas dominicanos, denominada “Lira de Quisqueya”, de acuerdo a la reconocida poeta Sherezada-Chiqui Vicioso, en la biografia que sobre ella hizo en “poesías Completas de Salomé Ureña de Henríquez”.
Definidas su prosa y poesía por sus estudiosos de cuidada y limpia, Salomé, escribía sobre diferentes sentir. Unas veces con una estremecedora fuerza patriótica, notada en las líneas de varios de sus poemas. Aquí, una estrofa de “Recuerdos a un proscrito”, escrito en 1873:
RECUERDOS A UN POSCRITO
¡Oh patria, voz divina, sublime y dulce nombre,a cuyo acento el alma palpita de emoción;palabra sacrosanta que encierra para el hombrecuanto hay aquí en el mundo de grato al corazón!
Su estilo espontáneo y tierno lo manifestaba la poeta en poema como: “El ave y el nido”, escrito en 1875. (Dos estrofas)
¿Por qué te asustas, ave sencilla?¿Por qué tus ojos fijas en mi?Yo no pretendo pobre avecilla,Llevar tu nido lejos de aquí.
Aquí en el hueco de piedra dura,tranquila y sola te vi al pasar,y traigo flores de la llanurapara que adornes tu libre hogar.
“La presencia de Salomé en el parnaso dominicano, es una expresión genuina y precisa de las vivencias de una mujer dulce y a pesar de ello atribulada; de una mujer enérgica, tenaz y a la vez debilitada por los sinsabores de la vida familiar y de la mala salud”, así escribió el Licenciado José Rafael Lantigua, actual Secretario de Estado de Cultura, en el prólogo a la obra “Poesías completas de Salomé Ureña de Enríquez, editada por la Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro, en Abril del año 1997, con motivo de la edición vigésimo cuarta de este evento, a ella dedicado.
Esta entrega de la Feria del Libro, coincidió con el centenario del fallecimiento de la poetisa, ocurrida el día 6 de Marzo de 1897, fecha que debería convertirse en un día de peregrinación hacia la Iglesia Las Mercedes, lugar en que descansan sus restos, de acuerdo a opiniones recogidas entre dominicanos.
Una de las personas consultadas lo fue la comunicadora dominicana, radicada en Miami, Clara Inés Caraballo, quien corroboró esta idea, agregando además que los actos de recordación el día 21 de Octubre, fecha de su natalicio, no debían ser tan reducidos, y sobre la poeta dijo lo siguiente: “Salomé Ureña: Visionaria y contemporánea del porvenir, a la que le bastaron 46 años, 4 meses y 13 días, para convertirse en imperecedera, es y seguirá siendo ejemplo para la mujer de todos los tiempos, dadas la fertilidad de su adolescencia, su consagración como esposa, madre, maestra, poetisa e intelectual, sumadas a su ternura y patriotismo, cualidades todas, realmente emancipadoras”.
Y de su lado, la periodista, escritora, poeta, cronista, actual presidente de la Asociación de Cronistas de Arte de República Dominicana, Marivell Contreras, de visita por La Florida en estos días, sobre Salomé se expresó de esta manera:
“Para mí, Salomé Ureña, no es sólo una poeta, es una herida en el alma y una identificación absoluta con todas las mujeres que fue. La maestra, la poeta, la mujer, la patriota, la madre y la amiga. Todas estas funciones y oficios realizados desde la más alta entrega y la más sublime sensibilidad. La he recibido en mí como referencia de mujer y su esencia se ha trasladado a mí y sus preocupaciones y afectos son parte de los míos. Quiero a quien la quiso y reconozco lo negativo de quien la hizo sufrir. Me he parado ante su espejo de mujer y he reafirmado, que aunque no todas podemos escribirlo, al final... todas somos de alguna manera, Salomé. Ella tuvo su Pedro y yo mi Ian. Sus poesías me han inspirado porque amo mi entorno como ella el de ella y he disfrutado y sufrido el simple hecho de ser mujer, su valentía es mi norte y por eso me mantengo en pie”.
La fama de escritora de Salomé Ureña de Enríquez, traspasó las fronteras patrias y algunos de sus poemas, entre los que está “Sombras”, fueron publicados en el exterior. Otros de sus títulos son: “Mi Pedro”, “Quejas”, “La fe en el porvenir”, “A Quisqueya”, “En Defensa de la Sociedad”, “La Gloria del Progreso”, “La Llegada del Invierno”, “Tristeza”, “Horas de Angustias”, “Ruinas” y otros más que hablan de su entrega y ahínco en cada una de sus facetas.
“SOMBRAS” (dos estrofas)
Alzad del polvo inerte,del polvo arrebatad el alma mía.melancólicos genios de mi suerte.Buscad una armoníatriste como el afán que me tortura,que me cercan doquier sombras de muertey rebosa en mi pecho la amargura.
Venid, que el alma sientemorir la fe que al porvenir guarda;venid que se acobardafatigado el espíritu dolientemirando alzar con ímpetu sañudosu torva faz al desencanto rudo,y el entusiasmo ardienteplegar las alas y abatir la frente…
La sensibilidad, de la poetisa, cuya primera edición de poemas lo hizo en 1880, La Sociedad Amigos del país, con biografía de José Lamarche y el prólogo del Arzobispo Fernando Arturo de Meriño, se percibe en todos y cada uno de sus escritos, en los cuales entrega en cada letra trazada; partículas y células de su alma.
UMBRA, A MI ESPOSO
La mirada sin luz,
Poeta y pedagoga nacida en la capital dominicana Santo Domingo, el 21 de Octubre de 1850, Salomé Ureña, es considerada como la figura central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX, conformando junto con Gatón Fernando Deligne y José Joaquín Pérez, el trío memorable, de grandes poetas de nuestra historia literaria, de acuerdo al Licenciado José Rafael Lantigua, Secretario de Estado de Cultura y presidente de la Comisión Permanente Feria Nacional del Libro.
La educadora, innovadora en la educación femenina en su país, a través del primer Centro Femenino de Educación Superior, llamado Instituto de Señoritas, fundado el 3 de Noviembre de 1881, y en el que graduó el 17 de Abril de 1887, a los cinco años de haber iniciado su funcionamiento, las primeras seis maestras normales que tuvo la República Dominicana.
En la instalación de este centro, su esposo el escritor, médico y abogado Francisco Henríquez y Carvajal, con quien contrajo nupcias a los 20 años de edad, el 11 de Febrero de 1880, fue su principal impulsor. Por la gran entrega a la causa educativa en este centro, que tuvo Salomé, en parte, deterioró enormemente por agotamiento, su salud.
A Don Francisco Henríquez, lo conoció en los círculos literarios en los que se desenvolvía desde los quince años, dada su educación y formación intelectual y literaria, alcanzada con la lectura de los clásicos españoles y franceses, llevada en sus inicios, de la mano de su madre Gregoria Díaz de León y de su padre, el también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza.
Aunque iniciada a los 15 años en la técnica de la versificación, es a los 17, cuando comienza a publicar sus poemas con el seudónimo de Herminia, el que utiliza hasta el año de 1784, mismo en que fueron incluidas diez de sus composiciones en la primera antología de poetas dominicanos, denominada “Lira de Quisqueya”, de acuerdo a la reconocida poeta Sherezada-Chiqui Vicioso, en la biografia que sobre ella hizo en “poesías Completas de Salomé Ureña de Henríquez”.
Definidas su prosa y poesía por sus estudiosos de cuidada y limpia, Salomé, escribía sobre diferentes sentir. Unas veces con una estremecedora fuerza patriótica, notada en las líneas de varios de sus poemas. Aquí, una estrofa de “Recuerdos a un proscrito”, escrito en 1873:
RECUERDOS A UN POSCRITO
¡Oh patria, voz divina, sublime y dulce nombre,a cuyo acento el alma palpita de emoción;palabra sacrosanta que encierra para el hombrecuanto hay aquí en el mundo de grato al corazón!
Su estilo espontáneo y tierno lo manifestaba la poeta en poema como: “El ave y el nido”, escrito en 1875. (Dos estrofas)
¿Por qué te asustas, ave sencilla?¿Por qué tus ojos fijas en mi?Yo no pretendo pobre avecilla,Llevar tu nido lejos de aquí.
Aquí en el hueco de piedra dura,tranquila y sola te vi al pasar,y traigo flores de la llanurapara que adornes tu libre hogar.
“La presencia de Salomé en el parnaso dominicano, es una expresión genuina y precisa de las vivencias de una mujer dulce y a pesar de ello atribulada; de una mujer enérgica, tenaz y a la vez debilitada por los sinsabores de la vida familiar y de la mala salud”, así escribió el Licenciado José Rafael Lantigua, actual Secretario de Estado de Cultura, en el prólogo a la obra “Poesías completas de Salomé Ureña de Enríquez, editada por la Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro, en Abril del año 1997, con motivo de la edición vigésimo cuarta de este evento, a ella dedicado.
Esta entrega de la Feria del Libro, coincidió con el centenario del fallecimiento de la poetisa, ocurrida el día 6 de Marzo de 1897, fecha que debería convertirse en un día de peregrinación hacia la Iglesia Las Mercedes, lugar en que descansan sus restos, de acuerdo a opiniones recogidas entre dominicanos.
Una de las personas consultadas lo fue la comunicadora dominicana, radicada en Miami, Clara Inés Caraballo, quien corroboró esta idea, agregando además que los actos de recordación el día 21 de Octubre, fecha de su natalicio, no debían ser tan reducidos, y sobre la poeta dijo lo siguiente: “Salomé Ureña: Visionaria y contemporánea del porvenir, a la que le bastaron 46 años, 4 meses y 13 días, para convertirse en imperecedera, es y seguirá siendo ejemplo para la mujer de todos los tiempos, dadas la fertilidad de su adolescencia, su consagración como esposa, madre, maestra, poetisa e intelectual, sumadas a su ternura y patriotismo, cualidades todas, realmente emancipadoras”.
Y de su lado, la periodista, escritora, poeta, cronista, actual presidente de la Asociación de Cronistas de Arte de República Dominicana, Marivell Contreras, de visita por La Florida en estos días, sobre Salomé se expresó de esta manera:
“Para mí, Salomé Ureña, no es sólo una poeta, es una herida en el alma y una identificación absoluta con todas las mujeres que fue. La maestra, la poeta, la mujer, la patriota, la madre y la amiga. Todas estas funciones y oficios realizados desde la más alta entrega y la más sublime sensibilidad. La he recibido en mí como referencia de mujer y su esencia se ha trasladado a mí y sus preocupaciones y afectos son parte de los míos. Quiero a quien la quiso y reconozco lo negativo de quien la hizo sufrir. Me he parado ante su espejo de mujer y he reafirmado, que aunque no todas podemos escribirlo, al final... todas somos de alguna manera, Salomé. Ella tuvo su Pedro y yo mi Ian. Sus poesías me han inspirado porque amo mi entorno como ella el de ella y he disfrutado y sufrido el simple hecho de ser mujer, su valentía es mi norte y por eso me mantengo en pie”.
La fama de escritora de Salomé Ureña de Enríquez, traspasó las fronteras patrias y algunos de sus poemas, entre los que está “Sombras”, fueron publicados en el exterior. Otros de sus títulos son: “Mi Pedro”, “Quejas”, “La fe en el porvenir”, “A Quisqueya”, “En Defensa de la Sociedad”, “La Gloria del Progreso”, “La Llegada del Invierno”, “Tristeza”, “Horas de Angustias”, “Ruinas” y otros más que hablan de su entrega y ahínco en cada una de sus facetas.
“SOMBRAS” (dos estrofas)
Alzad del polvo inerte,del polvo arrebatad el alma mía.melancólicos genios de mi suerte.Buscad una armoníatriste como el afán que me tortura,que me cercan doquier sombras de muertey rebosa en mi pecho la amargura.
Venid, que el alma sientemorir la fe que al porvenir guarda;venid que se acobardafatigado el espíritu dolientemirando alzar con ímpetu sañudosu torva faz al desencanto rudo,y el entusiasmo ardienteplegar las alas y abatir la frente…
La sensibilidad, de la poetisa, cuya primera edición de poemas lo hizo en 1880, La Sociedad Amigos del país, con biografía de José Lamarche y el prólogo del Arzobispo Fernando Arturo de Meriño, se percibe en todos y cada uno de sus escritos, en los cuales entrega en cada letra trazada; partículas y células de su alma.
UMBRA, A MI ESPOSO
La mirada sin luz,
la mente ansiosa,
corto el aliento al pecho,
en ruda agitación se va la vida…
Allá perderse en la penumbra vaga
miro las prendadas del hogar
benditas,mis hijos en su cándido abandono,
ajenos al amago de la suerte
sobre ellos suspendida,
y tú, de pie, bajo el dolor inmenso,
nublado por el llanto la pupila.
Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña, fueron los vástagos de Salomé Ureña de Enríquez, en cuya poesía recuerda alguien; subyace una ideología de la feminidad y un corpus de pensamiento, que se cree congrega el amor por la educación, el anuncio del progreso y el amor por los valores más sustanciales de la dominicanidad.
Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña, fueron los vástagos de Salomé Ureña de Enríquez, en cuya poesía recuerda alguien; subyace una ideología de la feminidad y un corpus de pensamiento, que se cree congrega el amor por la educación, el anuncio del progreso y el amor por los valores más sustanciales de la dominicanidad.
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